viernes, 25 de abril de 2008

OBRAS Y ESCRITOS REFERENTES A LA OBRA DE MADRE CANDELARIA




Designado Monseñor Sixto Sosa, Obispo de la Diócesis de Cumaná (Cumaná, Margarita y Ciudad Bolívar), ocupó su cargo Diocesano con un amplio mensaje sobre la Beata Candelaria y la Congregación de las Hermanas Carmelitas. Fue un Hombre de una gran ilustración, leía mucho y le gustaban los buenos libros llegando a formar una magnifica colección, que cuidaba con exquisito esmero, no obstante esto fue un Hombre humilde.
Pero, antes que todo, Monseñor Sixto Sosa era un Hombre de Dios: todo lo refería a Dios y su fé a Dios era el inspirador o móvil último de sus actos.
Sus trabajos apostólicos, tanto en Altagracia Orituco, como después en la dilatada Diócesis de Guayana, fue un testimonio fehaciente de su total entrega al servicio de Dios, y según testimonio de Monseñor Andrés Márquez compartía la pobreza de los pobres y “vivió pobre y murió pobre”.
Monseñor Sosa había captado muy bien el mensaje evangélico. En unas notas de sus ejercicios espirituales del año 1924, escribe: “los pobres son miembros místicos del cuerpo de Cristo y tienen la predilección del divino Maestro, que vino para evangelizar a los pobres. Tienen la preferencia en igualdad de circunstancia de la Iglesia y sus Ministros. Siempre se vió Jesús rodeado de pobres pecadores. “Sinite párvulos venire ad me” se refiere también a los pobres, y es por eso por lo que la multitud de cristianos es escogida entre los pobres. El Hijo del hombre no tuvo siquiera donde reclinar su cabeza. El Sacerdote debe imitarlo”.
Diremos algo que hizo Monseñor Sixto Sosa llevado por su amor filial a la Santísima Virgen. Su celo por el honor de la Virgen del Valle le animó a sembrar en los corazones el deseo de verla constituida Patrona de Oriente Venezolano, es decir, de la Diócesis de Guayana, que entonces comprendía todo el Oriente del País. Efectivamente, fue declarada la Virgen del Valle como Patrona del Oriente Venezolano por el Papa Benedicto XV el 24 de abril de 1921, celebrándose solemnemente este acontecimiento el 8 de septiembre del mismo año, día de las fiestas patronales. Para ese entonces se encontraba Monseñor Sixto Sosa agotado y enfermo, realzando todos los actos con su presencia y su plena participación. Como Obispo de Cumaná, todos los años acudirá al Santuario de la Virgen del Valle para conmemorar su fiesta y participar en los actos; por lo mismo, no sin razón, Monseñor Pibernat le llama “El Peregrino de la Virgen del Valle”.
La Beata Candelaria de San José fue la fundadora de los Hospitales de Altagracia de Orituco (Hospital de San Antonio), Hospital de Margarita en Porlamar en 1921, Isla que recorrió en toda su extensión, practicando la caridad, predicando la fé y curando a los enfermos, el de Barcelona, el de Cumaná, el de Upata (Hospital del Crucificado), el de San Juan de Los Morros, el de Duaca, el de Maturín y muchas más casas de beneficencia y hogares para los niños huérfanos y desamparados para aliviar a los desposeídos.
A finales de Octubre de 1916, la Beata Candelaria salió de Altagracia de Orituco para Ciudad Bolívar. En esta Ciudad Monseñor Sixto Sosa recibió el 31 de Diciembre de 1916 los votos perpetuos de la Beata, posteriormente llega la Beata Candelaria hasta Upata, donde se funda el Hospital de “Jesús Crucificado”. Recorre varias poblaciones entre ellas la de Yuruari y regresa a Ciudad Bolívar el 13 de abril de 1917, posteriormente por vía fluvial y marítima, viaja hacia Margarita, deteniéndose en la Península de Paria para recolectar fondos y recorre desde Río Caribe hasta Carúpano.
La Beata Candelaria de San José, llegó por primera vez a la Isla de Margarita el 16 de diciembre de 1917 y con grandes sacrificios compró posteriormente por Trescientos Bolívares (300 Bs.) el 18 de agosto de 1926 un terreno en la calle Guilarte donde se construyó la Casa Matriz de la Congregación de las Hermanas Carmelitas.
En varias oportunidades visitó la Isla de Coche con el objetivo de impartir la Catequesis y recolectar información sobre la Isla, cuidando y curando los enfermos e impartiendo la Comunión.
En Porlamar se encontró que existía una Junta interesada para el establecimiento de un Hospital para Indigentes. La Sra. Julia Malaver de Marcano le cedió, con un compromiso de venta, la casa no. 15 de la calle Mariño de Porlamar para el proyecto del Hospital, y el 24 de Octubre de 1917, estaba ya acondicionada la Casa para recibir a los enfermos. Por intervención de Monseñor Sixto Sosa el 26 de Noviembre de 1917, podían partir de Altagracia un grupo de Cinco Hermanitas con destino a Porlamar y Upata, las cuales embarcaron en la Guaira en el vapor “Manzanares” que hizo escala en Carúpano. Las Hermanas Rosario y María Teresa siguieron para Upata, las Hermanas Elvira, Antonia y Bernarda, tomaron el vapor “Colón” que llegó a Porlamar el 09 de Diciembre de 1917. El día 16 por la tarde se trasladaban al Asilo de Nuestra Señora de los Desamparados, situado en la calle Mariño de Porlamar mientras se buscaban el terreno y se procuraba la construcción del Hospital de Margarita.
La Beata Candelaria, permanecerá unos meses más en Porlamar, tratando de dejar las cosas resueltas referente a dicho Hospital. El General Juan Alberto Ramírez, Presidente del Estado, personalmente se ocupó de la construcción del Hospital, empresa que hubiera sido muy difícil por los escasos recursos de las Hermanitas que lo propiciaban; y el mismo el 19 de Diciembre de 1918, decretó la construcción del Hospital Margarita. La Beata Candelaria de San José., había salido de Porlamar el 20 de Marzo de 1918 hacia Caracas y el 5 de Mayo estaba de regreso en Altagracia de Orituco, después de año y medio de ausencia; Y posteriormente regresa para dejar establecida las Casas de Upata y Porlamar. En el otoño de 1918 la Beata Candelaria de San José, cayó enferma, recrudeciéndose el mal que se había producido a consecuencia de una caída de un caballo cuando se dirigía a Upata para fundar una Casa de Beneficencia, a consecuencia de este golpe recibido en el pecho izquierdo, con el tiempo le degeneró un tumor maligno.
Estando en Margarita se había sentido mal, aunque el temperamento de la Isla le prestaba, pero posteriormente se encontraba cada día peor de manera que a principios de Enero de 1919 temieron por su vida. La Beata Candelaria. había ocultado su enfermedad hasta que se recrudeció el mal y se agravó tanto que el 1º de Marzo de 1919 fue trasladada al Hospital Vargas de Caracas donde fue intervenida quirúrgicamente el 14 de Abril, la operación fue difícil y la recuperación muy lenta, siendo su médico de cabecera el Dr. Pedro del Corral1.
1 El Dr. Pedro del Corral fue íntimo amigo de mi padre el Dr. Ángel La Rosa Castro, quien también conoció y trató a la Beata Madre Candelaria de San José.
El 19 de Junio 1.919, estando recuperándose de su intervención quirúrgica en el Hospital Vargas de Caracas, ingresó el cadáver del Venerable José Gregorio Hernández y la Beata Candelaria de San José estuvo a su lado y oró por él. Este testimonio es de la Madre Lourdes, que fue su enfermera. El Venerable José Gregorio Hernández falleció accidentalmente a consecuencia del arroyamiento de un automóvil en la esquina de Amadores, Caracas.
Posteriormente la Beata Candelaria, fué a convalecer a Porlamar, donde recuperó su salud y recorrió la Isla en diferentes oportunidades. Finalmente superada todas las dificultades que habían retrasado la fundación del Hospital de Margarita en Porlamar (por ella fundado); fue inaugurado solemnísimamente el 12 de Octubre de 1921 por Monseñor Sixto Sosa Obispo de Cumaná y la Beata Candelaria de San José Por tan extraordinario acontecimiento fué la primera vez que la Virgen del Valle salió de su templo, hoy Basílica Menor, para bendecir dicho Hospital. Coincidiendo como broche de Oro con la fiesta de la proclamación de la Virgen del Valle como Patrona de la Diócesis de Guayana. El Presidente de la Junta del Hospital, Dr. Manuel Rodolfo Brito, designó a la Beata Candelaria, como Directora del Hospital.
El 18 de Febrero de 1923, se celebraron en Porlamar solemnes actos por la creación de la nueva Diócesis. La Beata Candelaria de San José, se alegra porque tiene noticias de que Monseñor Sixto Sosa pasará las fiestas de la Virgen del Valle en Margarita, donde estuvo hasta el 13 de Septiembre de 1923. Monseñor Sixto Sosa viaja de Porlamar a Caracas, y después de unos breves días se integra definitivamente a su nueva diócesis de Cumaná.
La Beata Candelaria de San José sigue encomendando a la Virgen del Valle la futura fundación de la Congregación de las Hermanas Carmelitas, y el día 1º de Enero de 1925 la Beata firmaba la petición formal al señor Obispo de Cumaná para que su Congregación Hermanitas de los Pobres fuera agregada a la orden del Carmen. El Sr. Obispo accedió a la petición de la Beata Candelaria y desde aquel momento les permitió que adoptase las Constituciones Carmelitas.
El Decreto de agregación, firmado el 25 de Marzo llegó a Porlamar el día de Pentecostés. Las Hermanas recibieron con gran alegría la noticia y en lo sucesivo serían Terciarias Carmelitas Regulares, con hábito, constituciones, gracias e indulgencias propias de la Orden del Carmen.
La Beata Candelaria, sale de Porlamar el 13 de Julio de 1925 para Upata por vía marítima, con el fin de recolectar emolumentos para su causa. El 5 de Diciembre se traslada de Upata a los Estados Anzoátegui y Guárico. El 13 de Noviembre se encontraba en Barcelona, en donde también consigue arreglar favorablemente los asuntos del Hospital de dicha Ciudad. Llega nuevamente a Porlamar el 14 de Diciembre, encontrándose un poco quebrantada donde estuvo de reposo. El día 26 de Julio, durante las festividades de la población de Santa Ana del Norte (Margarita); y con toda solemnidad se realizó la toma de Hábito Carmelitano, para las Hermanas de la Comunidad de Porlamar, este sublime acontecimiento se efectuó ánte la Imágen de la Virgen del Carmen en el Templo Parroquial San Nicolás de Bari, Porlamar, de manos del Prebistero Elías Ma. Sendra.
El 9 de Agosto de 1926, Monseñor Sixto Sosa Obispo de Cumaná nombra a la Beata Candelaria. Superiora General de las Hermanas Carmelitas y así mismo Maestra de Novicias, eligiendo canónicamente el noviciado en la Ciudad de Porlamar, bajo la dirección del Padre Elías Ma. Sendra, superior de los Carmelitas. Ella recibió el nombramiento con toda humildad y dispuesta a la obediencia.
El 30 de Septiembre de 1926 se abrió el Noviciado en Porlamar en la casa de la Calle Mariño Nº 15 y donde la Beata Candelaria, se entrega de lleno a su oficio de Maestra de Novicias.
El 17 de Enero 1929 a las 7:30 a.m., un fuerte terremoto destruyó casi totalmente la Ciudad de Cumaná, al día siguiente llegaban a dicha Ciudad desde Porlamar, en un barco de vela, el Padre Elías Ma. Sendra, la Beata Candelaria y la Hermana Rosario, cargados de víveres y medicamentos. La Beata Candelaria, a pesar de su edad y achaques se puso al frente del Hospital de Cumaná y secundada por las demás Hermanas trabajó día y noche para atender a los enfermos y heridos. A consecuencia de dicho terremoto se presentó una epidemia de viruela. Fuera de la Ciudad hicieron un “degredo”, para aislar a los infectados por este virus. La Beata Candelaria. acudía allí todos los días para ayudar a los enfermos, a instruirles en el catecismo, a curar sus heridas y a lavar y desinfectar su ropa.
Entraba y salía del Hospital sin que nadie se enterara, y de cincuenta variolosos solo murió uno; ella no se infectó. Después de los momentos críticos que se vivieron en el terremoto de Cumaná la Beata Candelaria. regresó a Porlamar en Abril de 1929, fecha en que entregó el cargo de Maestra de Novicias a la Hermana Luisa Teresa del Niño Jesús Morao.
“Porlamar quiere un hospital para sus pobres”Beata Candelaria de San José

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