viernes, 25 de abril de 2008

BUENAS NUEVAS PARA VENEZUELA Y EN ESPECIAL PARA ALTAGRACIA DE ORITUCO, PORLAMAR Y CUMANÁ


(Imágen: Hermana Maria Auxiliadora de San José. Texto: Hermana Arcángela Mora Moncada) Se vislumbra una fuerte experiencia de fe para Venezue­la. Una hija de este pueblo es elevada a los Altares. Su San­tidad Benedicto XVI, el día 06-07-2007 dio el Decreto de Beatificación, solo esperamos tener la fecha definitiva para la solemne celebración, que será el 26 de Abril de 2008.
Susana Paz Castillo Ramirez, en religión Madre Candela­ria de San José, nace el 11 de agosto de 1863 en Altagracia de Orituco, Estado Guárico y muere el 31 de enero de 1940 en Cumaná, Estado Sucre.
A finales del siglo XIX y principios del XX Venezuela se ve envuelta en una gran turbulencia política, económica y social que va a generar hambre, muerte y desolación, es­pecilmente en los llanos centrales. Testigo de esta realidad venezolana es Susana Paz Castillo, quien desde muy joven se dio a la tarea de cuidar enfermos, pobres y necesitados, lo que se intensifica a inicios del XX con la revolución liberta­dora que asola al país, dejando tras de sí muertos, heridos, huérfanos. “Quedaron en Altagracia de Orituco, multitud de soldados inválidos y enfermos, tendidos en las aceras y mendigando por las calles” (Proc. Ord.). Susana, sensible al dolor reinante, y obediente a la voluntad de Dios y a la voz de su párroco, el padre Sixto Sosa, junto con otras jó­venes, inauguran el Hospital San Antonio, con el lema “Dios es Caridad” para atender a todos los necesitados. Corre el año de 1913.

Susana entrega toda su vida al servicio de los pobres cuando descubre que Dios es pura gracia, acepta su amor y se dispone a servirle al ser humano. Dedica todo su tiempo al evangelio y a la palabra Divina, viviendo esta hermosa experiencia, a través de su entrega a los que sufren. Es una clara respuesta al llamado de Jesús que se concreta en la opción por los más necesitados. Acercarse a la Madre Candelaria de San José es llenarse de la Gracia de Dios.
Ella renunció a todo lo que no es Él. Buscó sólo a Dios en el corazón del hombre que sufre. Fue una mujer ilumina­da en medio del pueblo venezolano por su autenticidad de vida y espiritualidad encarnada desde una cruel realidad. Por eso, hoy tenemos tanto que aprender de ella y continuar su obra llena de probidad. El país vive momentos que requie­ren de un testimonio fuerte de fe y compromiso social. El grito de los que necesitan es siempre actual. Ella está viva entre nosotros a través de sus hijas: las Hermanas Carme­litas de Madre Candelaria, quienes recibimos su carisma y caridad concretándolo en diversas obras sociales.
Felicito al Dr. Luis La Rosa Werner, pariente de la Beata Candelaria de San José, quien se ha preocupado por darla a conocer y con motivo de la próxima Beatificación está preparando un pequeño libro. Las hermanas Carmelitas de Madre Candelaria le estamos altamente agradecidas por este aporte.
Hna. Arcángela Mora Moncada

1 comentario:

Jorge Ramiro dijo...

Como viajo mucho a Venezuela me interesa conocer las noticias que ocurren en dicho país y por eso averiguo al respecto. En el ultimo tiempo estoy adquiriendo muchos Vuelos a San Juan también, y por eso averiguo informacion sobre dicha ciudad